Nuestro empate de ayer hubiera sido una ridícula anécdota más de esta desgraciada temporada de no ser porque los resultados de hoy de los otros dos rivales (es un decir) por la liga lo convierten aún en más miserable. Sólo con haber mantenido la victoria volveríamos a depender de nosotros mismos pero ahora se avecina el momento temido de ser los involuntarios jueces de la liga, pero será mejor esperar a la penúltima jornada para adentrarnos en esas turbulentas ciénagas.
